sábado, 1 de noviembre de 2014

Me perdí, en aquellos días tristes, en sus caderas inmunes a cualquier tacto, en sus insípidos besos, en nuestra falta de cariño, en las madrugadas de insomnio, en mi mientras le buscaba en el otro rincón de la cama.
En el humo de los cigarrillos, en los anuncios de publicidad, en sus manos.
Me perdí en nosotros, cómo duele no encontrar lo que buscas.
Me perdí tanto, tantísimo en él, que ya no soy yo.
En realidad, me perdí en todo, huí, le tenía demasiado miedo.
Flipo contigo, chico.

Has dejado a Madrid

para perderte en piernas ajenas,

y ahora das tanta pena.

Has venido a recogerla,

con alguna excusa cómo

"Lo siento nena, había tráfico

en la carretera".

Y ella, tan tonta cómo lela,

te ha seguido para que te pierdas

en sus caderas.

Me he perdido en incontables días tristes bajo sus sábanas sin querer encontrar la salida, mientras le iba besando la espalda a modo de superviviencia.

Me he perdido en noches de verano entre sus mechones a la luz de la luna, con su boca roja y mi alma caliente.

Me he perdido en tardes de primavera entre sus costillas paseando los dedos mientras recorría mi mundo llamado su ombligo.

Me he perdido en medios días de otoño con algún café demás dividiendo mi vida en cada una de sus piernas y demostrando amor leyendo sus versos preferidos.

domingo, 17 de agosto de 2014

Échale la culpa a su pelo.

me he colado por el hueco de su boca cuando se ríe a carcajada limpia.
Me he abandonado demasiadas madrugadas de las que mi madre quisiera entre sus piernas.
Me he asfixiado con el aroma de su pelo, tanto que ya no sé si deliro cuando la huelo en mi almohada sin estar ella presente.
Me he caído entre los escondites de sus costillas y luego ella me ha besado las heridas.
Me he dejado llevar por sus suculentas palabras en los momentos en los que sus labios rozaban mi oído. 
Me he ahogado un sinfín de veces en su boca, pero sigo queriendo que ella me hunda.
Me he drogado jugando con su cadera de arriba a abajo una y otra vez, mi propia montaña rusa.
Me he despertado en madrugadas incontables con mi cabeza en su ombligo, mi pequeño paraíso. 
Me he perdido contando sus lunares y he vuelto a empezar, yo es que llegó a diez y empiezo a besarlos.

domingo, 3 de agosto de 2014

Es poesía, la curva de tus ojeras,
los besos fugazes de madrugada,
un dedo descenciendo en columna,
la tormenta de verano,
y el amor.

Es amor, el color de unos ojos,
las miradas en un cruce,
los hoyuelos que enternecen,
el café después de comer,
la caída de hojas de otoño,
y el pecado.

Es pecado, recorrer piernas desnudas
el mirar atrás al ver una figura,
el crear ópera a cualquier hora,
los pasos en vano,
y la muerte.

Es muerte, todo
Y fin.

He creado mi revolución entre los mechones de tu pelo y mis soldados entre tus enredos.
He luchado, a sudor y lágrimas, a sangre roja y a deshoras por no ser eliminada del agujero de tu ombligo.
He pegado hostias al primero que se cruzara y tan solo te mirara, porque tu estás hecho para postrar tu cabeza en mi pecho.
He aplastado, mis labios sobre tu columna como si fuera una escalera para salvarme la vida.
Aunque posiblemente solo estaba bajando hasta mi infierno.
Y finalmente he perdido, todo lo que intenté, por todo lo que me dejé la piel, se ha ido en forma de cometa con el paso de un mal viento.
Ya sabes, dejando luego la lluvia a su ida.

martes, 13 de mayo de 2014


A veces, me asusto tantísimo de la realidad que me da miedo preguntarte si has dejado de quererme o si ella ha conseguido que seas tan feliz como yo no pude hacerte.
Me da pánico mi propia soledad, el frío, y el no agarrarme de tu mano para no caer.
Y respiro, respiro para vivir aunque de vivo yo solo tengo un cuerpo y un alma muy moribunda.
Los callejones oscuros, mi negro pelo, mi existencia y el por qué de que las personas decidan abandonarse.
Los métodos para dejar de vivir, el llevar la vida en una máquina de hospital y no ahogarse ni saber llorar.
Noches, bien secas, en el vértigo de la vida y la muerte.
Estoy viva tan solo porque mi corazón late. 
Y por último, mi miedo a perder lo que más quiero siempre.